3.26.2009

my body..my problem..

Si la píldora es abortiva o no es una pregunta que presenta tantas respuestas como pensamientos existentes. Los científicos no coinciden en sus opiniones cuando declaran el momento en que se origina la vida, no porque no hayan estudiado el tema, sino porque sus teorías, inevitablemente, se apoyan también en sus creencias filosóficas y más lamentable aún en sus creencias religiosas.

Cuando se quiere tapar el sol con un dedo nos encandilamos y perdemos la perspectiva. Eso es lo que a mi parecer ocurre con quienes buscan evitar la distribución gratuita de la píldora. Creo que el Estado debe velar por el país que existe, no por el que utópicamente le gustaría ser. Cuando los abortos, ilegales por cierto, que se realizan en el país superan los 100.000 al año debemos asumir un asunto de hecho, no una especulación, y frente a ella se debe proceder...
Claro que es importante la educación sexual y la prevención de embarazos no deseados, pero no se puede pretender que mientras nos volvemos un país con una sexualidad más responsable sólo quienes tienen 7 mil en el bolsillo puedan comprar la píldora sin ningún obstáculo ni la compañía de sus papás. Con la venta de la píldora en farmacias se entendería que todos somos consumidores responsables y cada cual hace con su plata y su vida privada lo que se le antoje. Mientras que al no entregarla gratuitamente en consultorios se entendería que calificamos como ciudadanos NO responsables. Consumidores sí, ciudadanos no. Se produce así un paternalismo odioso y patético con los sectores más pobres de la sociedad que no pueden acceder comercialmente al fármaco.

Cuando se arguye al cliché de que la entrega igualitaria de la píldora “hiere sensibilidades” me doy cuenta de lo egoístas (y temerosos) que se han vuelto algunos en Chile. Si los católicos y conservadores tienen lineamentos tan claros y categóricos en esta materia, los felicito: eduquen a los suyos en tales valores, pero no intenten imponer una creencia a todo un país, que por lo demás les recuerdo que es un Estado Laico. Que yo decida o no usar la píldora en un momento determinado es PROBLEMA MÍO,o sea, no te metas con mis ovarios, es tan simple como eso, entonces que una mujer católica no quiera tomarla me parece correcto también, PERO ES ASUNTO SUYO Y ESO NO ME INTERESA EN LO AB-SO-LU-TO. Como decía la última editorial del The Clinic: “nadie puede molestarse cuando lo que le ofrecen es la oportunidad de decidir”. Escuchó curita??

No hay comentarios: